Hace calor y no hay mejor manera de solucionarle que un buen chapuzón en las aguas cristalinas de las playas de Benidorm. Luego sales y te tumbas sobre la arena.
La luz del sol tiene muchos beneficios para nuestro cuerpo. Sientes la pequeña brisa que corre y el calor del sol en tu piel, con el que poco a poco vas cogiendo ese moreno tan envidiado...
Además de fondo escuchas las olas del mar y sientes una paz interior. Con solo imaginarlo, somos capaces de teletransportarnos a ese momento del verano.
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