Embarcadero Isla de Benidorm
38º30.153 N / 000º.07.929 W
A menos de 2 millas del puerto se encuentra la isla de Benidorm, verdadero símbolo de este litoral y objeto de míticas leyendas sobre su génesis. Para nosotros es sencillamente un pequeño paraíso en el que disfrutar de unos fondos extraordinarios y sorprendentes, con muchísima vida marina y con unas vistas privilegiadas del vigoroso perfil urbanístico de Benidorm.
Para acceder a la isla podemos coger alguna de las golondrinas que continuamente zarpan del puerto y que en pocos minutos de entretenido paseo nos dejará a los pies del restaurante, prácticamente la única edificación de la isla. Al lado mismo hay una plataforma rocosa donde podemos dejar la toalla y equiparnos cómodamente para entrar al agua. Encontramos un fondo duro de roca profusamente tapizada de inofensivas algas pardas y rojizas.
La ruta recomendable para nuestro paseo en esnórquel es la que nos lleva siguiendo el perfil de la isla hacia el sur, esto es, dejando la pared a nuestra izquierda, hasta llegar a un vistoso arco de piedra que como una ventana al azul nos invitará a atravesarlo, lo que podremos hacer fácilmente al encontrarse a no más de -2mts de profundidad.
En el recorrido observaremos que el fondo se presenta como un suave veril de roca sólo salpicado eventualmente por alguna roca y que un poco más separados va ganando profundidad a la vez que surgen piedras cada vez más grandes, alguna de las cuales sirve para amarrar los cabos a los que se fijan los boyarines de superficie.
La plataforma rocosa esconde numerosas grietas y rendijas que albergan a pequeños crustáceos y peces como los gobios, y donde los huecos son mayores, tal vez algún pulpo que se pertrecha tras su peculiar barricada de piedras y conchas.
Las castañuelas son abundantísimas y tejen cortinas en incesante movimiento mientras que, a más profundidad son las nubes de sargos y obladas las que dominan contando en ocasiones con la fugaz aparición de espetones y de alguna dorada.
Tras la línea de boyarines la ladera cae más pronunciadamente hasta desembocar en un fondo arenoso a unos -9mts, fuera del ámbito de nuestro paseo en esnórquel, pero donde será fácil observar los grupos de buceadores que, provistos de equipo autónomo, exploran de otro modo estas fecundas aguas.
Tras legar a la altura del arco podemos emprender el regreso mientras seguimos entretenidos con la observación de los mil motivos de interés que jalonan todo este luminoso recorrido.
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