El Ponoig, el león dormido de Gabriel Miró, a casi 1.200 metros de altitud, preside el tranquilo paisaje de la Baronia de Polop, un pintoresco término situado al abrigo de la sierra del Monte, áspera y rocosa, empinada y peñascada.
El municipio, de casas encaladas, se sitúa bajo la mirada vigilante de su castillo que, desde sus orígenes y debido a su estratégica posición, fue protagonista de muchas etapas de la historia. Ahora, Polop se ofrece como un remanso de tranquilidad junto al bullicio del litoral.