38º31.717 N / 000º06.372 W
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Al norte de la conocida Playa de Levante la fina arena deja paso a una zona escarpada y rocosa a cuyos pies se asienta la pequeña Cala de la Almadrava, ya dentro del ámbito del Parque Natural de la Serra Gelada. El acceso es a través de la C/ Dos Calas, donde encontraremos una zona de aparcamiento. Desde aquí bajamos andando por la ladera y en pocos minutos estaremos en la cala, un inesperado oasis de paz en la siempre bulliciosa Benidorm.
La cala tiene orientación SO y desde ella se divisa la icónica isla de Benidorm. Sus fondos son limpios y combinan equilibradamente zonas de roca, unas veces escarpada y otras pulida, con amplios tramos de abundante pradera de Posidonia Oceánica y áreas dominadas por blancos arenales, de modo que la biodiversidad está garantizada.
La ruta ideal nos llevará a comenzar por uno de los dos extremos y a seguir un recorrido circular. Si comenzamos por la vertiente norte iremos aproximándonos a la pared, que quedará a nuestra izquierda. Aquí el fondo es duro, de formaciones rocosas continuación de la pared emergida, y se presenta como plataforma casi plana y otras veces como pequeño veril subacuático. Numerosos entrantes y huecos en la roca suelen dar cobijo a especies como blenios y gobios, pequeñas anémonas conocidas como fideos marinos y algún discreto crustáceo. Mientras, a nuestra derecha asistiremos a una transición entre el fondo arenoso y la posidonia, cada vez más frondosa según avancemos.
Al llegar a la altura de la punta de la cala la pared se funde con un veril de posidonia que descansa en un arenal a unos -8 metros. Podemos ahora cruzar la cala hacia la otra pared, la de la cara Sur, sobrevolando la pradera y las grandes rocas que se intercalan entre ella y que se encuentran tapizadas de la peculiar alga blanquecina conocida como Padina pavonica. En este ambiente es seguro que veremos numerosas salpas que en grupos de 10 y más individuos lucen librea dorada mientras pastan entre las hojas de la posidonia.
Ya al aproximarnos a la otra pared irá reduciéndose la profundidad y el fondo volverá a mutar en claros de arena y sustrato rocoso. Aquí será fácil el encuentro con especies como la mabra, que gusta de fondos arenosos, y el sargo, más habitual de las zonas de roca. Continuaremos la pared que quedará a nuestra izquierda hasta la playa completando un fabuloso recorrido en aguas de la Serra Gelada.
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